viernes, 6 de septiembre de 2013

Madrid 2020 pese a los cenizos


Vivimos en un país raro. Vivimos en un país en depresión política, económica y  espiritual. Aunque yo diga esto desde mi exilio londinense, voluntario por otra parte, aunque quizás algo forzoso por la situación que atraviesa nuestro país, España, lo cierto es que desde la distancia geográfica, que no espiritual, online y telefónica, se percibe, se puede notar un cierto rechazo a que la ciudad de Madrid pueda albergar los juegos olímpicos de 2020. Yo en parte entiendo que mucha gente esté atravesando un mal momento, una situación laboral complicada, un gran malestar con las políticas que ha estado aplicando el gobierno, todo claro está, en un contexto de crisis. De profunda crisis económica, política y de autoestima. Creo que en eso, todos podemos estar mas o menos de acuerdo.

Un 91% de ciudadanos españoles apoya la candidatura de Madrid 2020. Sin embargo, puedo notar que hay gente, no poca, que le importa un bledo que se hagan los juegos en Madrid. Y otra gente se niega en rotundo a que se celebren. En definitiva, entre la indiferencia y el rechazo a Madrid 2020 no me atrevería a decir un porcentaje, pero quizás sería significativo. Esto es muy sintomático de una de las circunstancias que vive el país y que apuntaba al principio. La crisis espiritual.

Esta demostrado, y en eso coinciden la derecha, la izquierda, los sindicatos y los empresarios que unas olimpiadas en Madrid supondrían un revulsivo parea la ciudad y para el país en todos los aspectos. Laboral, económico, deportivo-sería un salto de gigante para el deporte español como fue Barcelona 92'- y de cara al exterior, el mejor escaparate para lucir al mundo. España, que poco a poco se está recuperando, aunque queda  mucho por hacer, necesita albergar estos juegos mas que nunca. Porque por muchos que se empeñen en dividir, diferenciarse y hacer hincapié en aquello de la identidad, el espíritu olímpico que trajo Barcelona es muy necesario y Madrid 2020 debe recordarnos y reconciliarnos. La motivación, el compromiso, la colaboración, el respeto, el esfuerzo, la superación, la entrega, la exigencia...todos ellos compitiendo con juego limpio, en EQUIPO. Compitiendo sin patadas. Y en España estamos sobrados de pesimismo, de amargura, de no creer en nosotros mismos como país. Y necesitamos estímulos. Francamente, con el 80% de las instalaciones ya construidas, con la inversión que se ha hecho, no tendría mucho sentido tirar la toalla y renunciar a unas olimpiadas. No tendría ningún sentido decir  no a Madrid 2020. Ese es mi punto de vista, y demostrado está de que, si sale elegida, no habría duda de las ganancias en todos los campos. Tenemos el ejemplo del 92. Fuimos un equipo en aquella ocasión. No nos importó de donde éramos, de donde veníamos. Éramos olímpicos. Somos olímpicos. Y esa es la mayor prueba de ciudadanía e identidad.

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